Los judíos, ¿realmente mataron a Ieshúa?

Los judíos, ¿realmente mataron a Ieshúa?

Resumen

Durante siglos, el pueblo judío ha enfrentado acusaciones y prejuicios generalizados porque se dice que mataron a Ieshúa el Nazareno. Pero ¿es esta la historia completa? Ieshúa era judío, y amaba a los judíos. Grandes multitudes de creyentes judíos lo siguieron durante su vida. ¿Qué ocurrió realmente en su muerte? ¿Fue un asesinato o un sacrificio voluntario? ¿Y qué dijo el mismo Ieshúa acerca de quienes le deseaban la muerte? Este folleto investiga algunos hallazgos inesperados sobre la verdadera causa y el significado de la muerte de Ieshúa.

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Kwame Ajamu tenía apenas 17 años cuando su vida cambió dramáticamente. El joven fue acusado de asesinar a un hombre en su ciudad natal. Las autoridades lo metieron en la cárcel, donde esperaba ser ejecutado.

Pasaron 39 años hasta que la verdad salió a la luz: el testigo contra Ajamu había presentado una declaración falsa. Aunque finalmente liberaron a Ajamu, ya habían pasado los mejores años de su vida.1 Desa­fortunadamente, las acusaciones falsas pueden afectar nuestra vida en forma aplastante.

Una de esas acusaciones es que el pueblo judío mató a Ieshúa el nazareno y que, por lo tanto, ha estado bajo el juicio de Dios durante los últimos dos mil años. Esta idea ha generado mucho odio injusto hacia el pueblo judío. Esta acusación, ¿es verdadera o falsa? Consideremos las evidencias.

La fama generalizada de Ieshúa entre los judíos

Hay un mito común de que los judíos en la época de Ieshúa lo rechazaron por completo, y que se complotaron unánimemente para matarlo. Sin embargo, según los escritos apostólicos, muchos judíos recibieron las enseñanzas de Ieshúa con alegría, y “le seguían enormes multitudes” (Mateo 4:25). A veces, más de cinco mil personas se acercaban a la vez para escuchar a Ieshúa (Lucas 9:10–17).

Sí, una facción significativa de los líderes religiosos conspiró contra él, pero estos no representaban a toda la población. Los escritos dicen que no podían arrestar a Ieshúa durante Pésaj, porque temían un motín entre el pueblo (Marcos 14:1, 2). Tenía tanta aceptación que los primeros creyentes de Ieshúa afirman que “cientos de miles” de judíos, incluso algunos sacerdotes, creyeron en él después de su muerte (Hechos 21:20; 6:7).

Ni siquiera la élite religiosa era unánime en la opinión que tenían de él. Algunos declaraban que sus enseñanzas eran heréticas, mientras que otros creían que sus enseñanzas estaban en armonía con el Tanaj.

¿Quiénes fueron los responsables?

Muchos judíos de nuestra época han sufrido pogromos, genocidios y hostigamiento debido a la creencia de que el pueblo judío es responsable de la muerte de Ieshúa. Uno de los versículos que la literatura antisemita cita a menudo es de la narración de la muerte de Ieshúa. Sus detractores lo arrestaron y lo llevaron ante un funcionario romano, quien tenía autorización para dictarle la pena de muerte. Cuando el funcionario declaró que Ieshúa no había hecho nada digno de muerte, la multitud alborotada apuró el asunto y gritó: “¡Su sangre sea sobre nosotros y nuestros hijos!” (Mateo 17:25). Algunos creen que esta declaración transfirió algún tipo de maldición sobre todos los futuros descendientes de la raza judía. Pero ¿fue realmente esto lo que sucedió?

El Tanaj es claro al enseñar que Dios nos hace responsables de los pecados que nosotros mismos hemos cometido, no de los pecados de nuestros antepasados: “Ningún hijo cargará con la culpa de su padre, ni ningún padre con la del hijo [...] al malvado se le pagará con maldad” (Ezequiel 18:20). Aunque nuestros pecados individuales frecuentemente crean una catarata de consecuencias (como los efectos generacionales del alcoholismo), los principios de la Ley de Dios solo permiten esto hasta la tercera o cuarta generación (Éxodo/Shemot 20:5).

El sacrificio voluntario de Ieshúa

Cuando preguntamos quién mató a Ieshúa, debemos considerar sus propias palabras. “¡Es por esto que me ama mi Padre, porque yo pongo mi vida, a fin de recuperarla de nuevo! Nadie me la quita, por el contrario, yo la pongo por mi propia voluntad” (Juan 10:17, 18).

Ieshúa no estaba obligado a pasar por la crucifixión (Mateo 26:39). Y, sin embargo, eligió ofrecer su vida voluntariamente para que se cumpliesen las Escrituras. El profeta Isaías escribió:

“Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino,
pero el SEÑOR hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros.
Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca;
como cordero, fue llevado al matadero;
como oveja, enmudeció ante su trasquilador;
y ni siquiera abrió su boca» (Isaías 53:5–7).

La oración de perdón de Ieshúa

Ciertamente, hubo algunos judíos involucrados en la obtención de un decreto de muerte para Ieshúa. Los romanos también participaron al hacer el “trabajo sucio” de crucificarlo. Pero, en última instancia, fue Ieshúa quien eligió entregar su vida en sacrificio (un sacrificio que, según él, tenía el poder de brindar perdón y sanidad).

Mientras estaba en la cruz, Ieshúa incluso oró pidiendo perdón, no juicio, en favor de quienes desempeñaron un papel directo en su crucifixión. Él oró: “Padre, perdónales porque no entienden lo que están haciendo” (Lucas 23:34).

Quizá resulte sorprendente caer en la cuenta de que Ieshúa era judío y que amaba al pueblo judío. El odio hacia los judíos no se encuentra en ninguna parte de sus enseñanzas. Lo que sí encontramos es un mensaje radical de amor y sacrificio en favor de todas las personas. Su mensaje fue dado en el contexto cultural y religioso del judaísmo y, por lo tanto, es sumamente innato para la mente judía. Enseñó que su muerte funcionaba como el sacrificio de la ofrenda por el pecado, y que ofrecía expiación para todos los que la recibieran. Este no es un mensaje de división, sino de reconciliación.

Estoy seguro de que has oído hablar de Ieshúa en el contexto del insulto y la intolerancia. Pero ¿te gustaría aprender sobre el verdadero Ieshúa? Para obtener más información, ponte en contacto con nosotros mediante los datos que encontrarás en el reverso de este folleto.

1. Philip Morris, “Sentenciado a muerte, pero inocente”, National Geographic, 18 de febrero de 2021.Copyright © 2023 by Sharing Hope Publications. Esta obra se podrá imprimir y compartir sin permiso previo del editor para fines no comerciales.
Los pasajes bíblicos del Nuevo Testamento fueron tomados del Nuevo Testamento Judío. Copyright © 2011 (David Stern) Messianic Jewish Publishers. Usado con permiso de Messianic Jewish Publishers. Los pasajes bíblicos del Antiguo Testamento fueron tomados de la Nueva Versión Internacional®. Copyright © 1999 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.®

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