
¿En quién puedo confiar?
Resumen
La religión organizada no siempre ha estado a la altura de sus promesas. Lamentablemente, se han cometido muchos crímenes en nombre de la religión. Pero el hecho de tomar conciencia de esto refuerza los argumentos en favor de la veracidad de la Biblia. Hace miles de años, una antigua profecía predijo la corrupción interna del cristianismo organizado. Este folleto habla de esta “caída” institucional, así como de la promesa de un pequeño y fiel remanente de Dios que seguiría siendo una fuerza para el bien en el mundo.
Tipo
Folleto
Editorial
Sharing Hope Publications
Disponible en
11 Idiomas
Páginas
6
El farmacéutico alemán Peter Stadtmann tenía fama de ser competente y confiable en su trabajo. Dado que tenía una reputación de ser digno de confianza, fue un shock para los pacientes de larga data cuando dos de los empleados de Stadtmann descubrieron algo sumamente alarmante en 2016.
Durante algún tiempo, a un asistente de laboratorio le había parecido extraño que Stadtmann estuviera produciendo medicamentos contra el cáncer sin supervisión, y en cantidades desproporcionadas. Además, su contador descubrió que el farmacéutico estaba declarando cantidades mucho más elevadas de citostáticos de las que realmente estaba procesando. Finalmente, los dos empleados entregaron una bolsa de infusión a la policía, y un análisis químico confirmó que la muestra contenía solo solución salina pura en lugar del fármaco declarado.
Stadtmann había estado diluyendo las formulaciones de su solución de quimioterapia casera por más de cuatro años. En al menos sesenta mil casos, había atenuado los medicamentos contra el cáncer al subdosificar el contenido de los medicamentos, por lo que tenían poco o ningún efecto. Le había cobrado a la aseguradora de salud el precio total de las infusiones diluidas y, por lo tanto, se enriqueció con unos sesenta millones de euros.
Las trágicas consecuencias de su delito no pueden calcularse exactamente. Al menos cuatro mil seiscientos pacientes recibieron la quimioterapia de la farmacia de Stadtmann durante este período. Estos pacientes eran enfermos terminales, y habían puesto todas sus esperanzas en la eficacia de sus medicamentos. ¿Cuántos de ellos todavía podrían estar vivos hoy? Nadie lo sabe.
Sorprendentemente, este escándalo médico tiene un paralelismo fulminante en el ámbito religioso, que ha afectado el destino espiritual de millones.
¿Cristianismo? ¡No, gracias!
Si lees los relatos históricos de lo que sucedió después de la muerte y la resurrección de Jesucristo, llegarás a la conclusión de que el evangelio (el mensaje de los primeros cristianos) era altamente eficaz. No era solo un gran remedio, ¡era la cura para las afecciones humanas más profundas! Debido a que hacía un diagnóstico tan preciso del quebrantamiento interno del hombre, los oyentes podían identificarse inmediatamente con este mensaje. Además, la venida de Jesús, su inspiradora vida de servicio y su disposición a sacrificarse por la humanidad devolvía a la gente a los brazos de Dios. Descubrían que el Padre celestial los aceptaba plenamente; y además lo sanaba, los renovaba y les daba esperanza. Cientos y miles experimentaron el poder del amor divino en su alma. Nació un movimiento que revolucionó a la humanidad.
¿Y hoy? ¿El cristianismo? Sí, todavía conserva su nombre. Pero la mayoría de los habitantes del mundo occidental dicen: “Gracias, conozco la fe cristiana. Francamente ya no es relevante. No funciona. Ya no apela a lo que la gente necesita hoy”.
¿Qué sucedió?
Un abuso de poder engañoso
Bueno, por desgracia, la conclusión es que la buena noticia se ha diluido sustancialmente a lo largo de los siglos. Al parecer, todo lo que quedó es una institución que quiere ejercer presión moral sobre sus miembros para que lleguen a ser buenas personas que diligentemente oran y donan, para que después de la muerte no vayan al infierno. No es de extrañar que nadie busque en ella un poderoso remedio para su conflicto interno. No queda nada más que una solución acuosa en esa religión. ¡Un club de lectura tendría más para ofrecer!
Este deterioro comenzó con algunos cambios fatales en la estructura jerárquica del cristianismo. En lugar de ser siervos como Jesús, los altos dignatarios se dejaban nombrar y adorar. Muy pronto, la iglesia se vio plagada de motivaciones como la codicia y el poder, el fraude y el abuso. En lugar de compartir el precioso remedio (el amor sanador de Dios, sin diluir y gratuito), ciertos “farmacéuticos espirituales” prefirieron enriquecerse a costa de él. La salvación eterna se convirtió en un negocio lucrativo.
Jesucristo criticó duramente a los líderes espirituales de su época por estar motivados por la vanidad y las ganancias, y por destruir la confianza de la gente en Dios. A lo largo de los siglos, su mensaje original de libertad y salvación se diluyó cada vez más con ingredientes ineficaces: “Como persona común y corriente, tú no tienes acceso personal a Dios. Solo el sacerdote puede ofrecerte esperanza y el perdón de los pecados”. O también: “Debes expiar tus errores mediante obras religiosas, para poder disfrutar de la paz con Dios”. El tiempo nos impide detallar la opresión, la persecución, el abuso sexual y la muerte que han sufrido millones de personas inocentes. ¿Cuántos honestos buscadores de Dios se han perdido gracias a las iglesias cristianas inescrupulosas? Nadie lo sabe. Pero antes de que todo esto ocurriera, Dios estaba al tanto. De hecho, la Biblia predijo la corrupción inminente en su iglesia, al designar a esta entidad diluida e ineficaz con el nombre simbólico de “Babilonia“ y “madre de todas las prostitutas” (ver Apocalipsis 17).
¡Babilonia ha caído, cayó esa gran ciudad!
Este continuo escándalo espiritual no es ninguna sorpresa. Dios declara de la iglesia adulterada: “Babilonia ha caído —cayó esa gran ciudad— porque hizo que todas las naciones del mundo bebieran el vino de su apasionada inmoralidad” (Apocalipsis 14:8). La desviación de la iglesia del mensaje original de Jesús se ha señalado como una adulteración de lo que una vez fue puro: ella ha “caído”.
Esa es la mala noticia. La buena noticia es que el libro de Apocalipsis describe a otra mujer, una mujer pura vestida de sol, quien representa al verdadero pueblo de Dios. Es decir, la bondad y la pureza de Cristo todavía brillan por intermedio de ella. Dios nunca se ha quedado sin testigos. Su verdad, su misericordia y su amor sanador todavía existen. La “Babilonia” institucional puede haber caído, pero vale la pena echar un vistazo a la historia pura, sin diluir.
Si deseas aprender más sobre el mensaje de la Biblia para nuestro tiempo (en contraste con la versión adulterada), por favor contáctanos usando la información que se encuentra en el reverso de este folleto.
Copyright © 2023 by Sharing Hope Publications. Esta obra se podrá imprimir y compartir sin permiso previo del editor para fines no comerciales.Los pasajes bíblicos fueron tomados de la Nueva Traducción Viviente ®. Copyright © 2010 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
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